lunes, 31 de marzo de 2025

Sierra de Armantes, su Cruz y los cintos del Far West de Ateca

 Año XIV. Entrega nº 930


IXOS MONS
Sierra de Armantes (966 m)
Jueves, 27 de marzo de 2025

            “El escolapio Joaquín de Traggia (1748-1802), escritor, historiador y lingüista de la ilustración, encuadra la antigua Attacum en la actual Ateca cuando dice: “En la Celtiberia, según Ptolomeo, corresponde verosímilmente a Ateca, no lejos de Calatayud y dentro de su Comunidad”.




            En la melodía de los extensos y bellos páramos bilbilitanos, de lo que fue la cuarta provincia aragonesa, surgen como contrapunto unas formaciones rocosas en las que los vientos se detienen para entretenerse y dejar su impronta esculpiendo caprichosas formas para deleite del caminante.



            Estas tierras celtibéricas serían consideradas como las de menor densidad de población en Europa tras Laponia. Durante el trienio liberal (1821-1823) se creó el 27 de enero de 1822 la provincia de Calatayud, con tierras incluso de los actuales municipios de Medinaceli (Soria) y de Molina de Aragón (Guadalajara) que, en su corta duración llegaría a tener Diputación, ocupada por dos sucesivos presidentes (Miguel Cabrera y Juan López, ambos liberales), hasta que el 1 de octubre de 1823, Fernando VII, que no entramos a calificar, declaró nulas todas las actuaciones del gobierno constitucional, finalizando así los sueños independentistas.



            Entre los cinco elementos que recoge la tradición ayurvédica, está “Vayu”, que corresponde con el “aire”,  y que representa la forma gaseosa de la materia. La respiración, el movimiento de nuestros pensamientos e ideas están gobernados por Vayu. En nuestra etapa escolar aprendíamos que el viento es el aire en movimiento.



            También la Ciencia iniciática relaciona el elemento aire con el mundo mental. Cuando contemplamos estas formaciones rocosas, vemos cómo el viento trabaja incansablemente y con gran paciencia, erosionando en mayor medida los materiales blandos, dejando más evidentes los duros. Si establecemos un paralelismo con nuestro organismo psíquico observaremos que el poder mental, al igual que lo hace el poder eólico en la naturaleza, es capaz de erosionar, es capaz de ir eliminando nuestras debilidades, poniendo de relieve nuestras fortalezas. El Gran Libro de la Naturaleza Viviente siempre dando lecciones de vida.


Sierra de Armantes

            En la jornada de hoy, Eolo, el dios griego del viento, estaba dado lección en otra parte, porque hemos gozado de una jornada magnífica, con cielos despejados y buena temperatura. Nos acercamos hasta Ateca, para seguir por la A-1502, dirección Torrelapaja, y a unos 6 km sale una pista a mano derecha, que tomamos, dejando, también, a mano derecha un verdadero mar de placas fotovoltaicas, hasta recorrer unos 3 km y llegar a una gran explanada, donde están instalando una subcentral eléctrica para evacuar la electricidad generada.



            Es el punto de partida de la ruta, con el objetivo ya a la vista, dejando a uno y otro lado el aperitivo de lo que nos vamos a ir encontrando a lo largo de toda ella. En veinte minutos llegamos al comienzo de la senda señalizada como “Los Zigzag”, donde abrimos la primera circular, hasta salir a una pista, que tomamos a la derecha, y luego otra a la izquierda, ya por el pinar. De nuevo otra a la izquierda, por la que seguimos las indicaciones ya de la Cruz de Armantes, dando comienzo a la subida a la corona, abriendo la segunda circular.








            Una vez en ella, completamos las vistas que se nos han ido ofreciendo en la subida. Como un cuarto de hora para recorrerla, pasando incluso por una cota algo superior a la de la Cruz, situada en el punto más noroccidental de la sierra, que convive en paz con el vértice geodésico. El asombro se magnifica al contemplar los extensos páramos a los pies de esta singular sierra. Hora y media hasta aquí, hermanando los términos municipales de Ateca, Calatayud y Cervera de la Cañada, donde está la Cruz de Armantes.





            Pero no todo son páramos a nuestros pies, que al norte hay un grupo de formaciones rocosas más singulares si cabe, los Castillejos le llaman, porque evocan esas torres defensivas con sus almenas, a donde nos tenemos que dirigir. Para ello, volvemos sobre nuestros pasos para desviarnos por un sendero a la izquierda, que nos va bajando de la sierra para llegar a ese mirador homónimo, desde donde se gira rabiosamente hacia el sur, pero no nos resistimos a visitar esas formaciones donde anida el viento haciendo estragos en los materiales blandos.




            Sensaciones cuasi estremecedoras al colarnos por entre los vericuetos que nos ofrece, hasta donde te detiene la cordura. Fotos, y más fotos. Volvemos sobre nuestros pasos hasta el mirador, y ahora sí, retomamos el camino para vestirnos de bosque y amanecer en el PR-Z 95 camino de Moros… pero sin llegar, claro. Continuamos por pista, hasta cerrar la segunda circular.











            Seguimos por pista hasta meternos en un sendero que nos va llevando a la zona del “Far west”, otro increíble paraje donde las piedras hablan, y cuentan lo acostumbradas que están ya a los azotes de Eolo, pero que resisten, resisten ofreciendo esa austeridad de la que hacen gala. Primero bordeando por arriba un barranco, y luego deambulando por debajo de esas paredes que van saliendo a un encuentro visual que impacta el alma.












            Al cabo de algo más de media hora admirando y escuchando el silencio en silencio,  cerramos la primera circular, restando sólo ya desandar ese primer tramo hasta el punto de partida. Una muy completa ruta en la que hemos recorrido 16,7 km en algo más de 4 horas y media, con un desnivel acumulado de en torno a los 480 m D+/- (Wikiloc: 335 m D+/-), con una pendiente media del 2,73%, habiendo alcanzado una altura máxima en los 969 m del punto más alto de la meseta, antes de llegar a la Cruz.



BIBLIOGRAFÍA

Aragón. Santiago Lorén. Ed. Destino (1977)

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados I. Antonio Ubieto. Anubar (1984)

 

RECURSOS DIGITALES

Aiyayurveda  

Institución Fernando el Católico DPT 

Heraldo de Aragón 

Mendikat 

Senderos FAM  

Wikipedia  

Wikiloc   

Facebook 

RAE

Fundeu  

IGN  

Geamap  

Hijo de la Tierra 




Las fotos, con sus comentarios, y el track.

 

Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.














lunes, 24 de marzo de 2025

Travesía Triste - Barranco de Paternoy, por las sierras calladas

 Año XIV. Entrega nº 929


IXOS MONS
Travesía Triste - Barranco de Paternoy
Jueves, 20 de marzo de 2025

            “Antaño, cuando las gentes que se ocupaban de ponerle nombre a los lugares vinieron por aquí y vieron este pueblo, se dijeron: “qué pueblo más triste”, pues con Triste se quedó. Y continuaron su camino, hasta llegar a otro, en el que dijeron: “y éste, ¿cómo le llamamos?”, pues con Yeste se quedó”. José Ferrer.


San Salvador y Monte Pano

            Solemos comenzar con alguna cita de personas más o menos conocidas y que, de algún modo u otro, nos sirven como introducción. En este caso, al pisar estas tierras, la mente ha tirado de disco duro y nos ha traído estas palabras dichas como una anécdota más, por gentes de las montañas. Gentes anónimas que se ganan el sustento para sobrevivir y sacar una familia y la casa adelante. Con José Ferrer, de Hoz de Jaca, coincidimos en los primeros años de la década de los 70 del siglo pasado. Obviamente no se trata más que de una historieta montañesa, pero desde que se lo oí se ha fijado con una chincheta virtual en el panel de la memoria.


 Peña Oroel y Larraín

            El historiador Antonio Ubieto encuentra la primera mención de Triste en la Colección diplomática de la catedral de Huesca, nº 18 pág. 35, de Durán, en donde, fechado en 1059, “se cita al testigo Fortunio Ballanes, de Tristi”. Ubieto también nombra una larga serie de sucesivas donaciones a lo largo del tiempo, en las que iba pasando de mano en mano: infante Pedro (futuro Pedro III) en 1276, Rodrigo Jiménez de Luna, Jaime II de Aragón, Pedro IV de Aragón, que lo cedió a Jordán de Urriés, reclamándoselo a los 7 años para cederlo a Federico de Urriés… En 1610 era de Pedro de Urriés, señor de Ayerbe… Hasta 1571 pertenecería al arciprestazgo del valle de Soduruel.


Barranco de Triste

            Pues sí, por estas tierras estamos para hacer una ruta que comienza en invierno y termina en primavera. Y qué mejor manera de empezarla que venir con esa renovación que la nueva estación representa, para participar de esa regeneración que se produce en “nuestra casa”, que no deja de ser el monte, la montaña que, aunque no seamos propietarios de nada de lo que hay en ella, sí que nos permite disfrutar y aprovecharnos de sus bondades.



            Se trata de una circular, pero abierta para evitarnos más de 5 km por carretera, es por ello que situamos un vehículo a orillas de la A-132 (Huesca-Puente la Reina), a la altura de la salida del barranco de Paternoy (Km 48 a 49), para dirigirnos con otro hasta Triste, cuyo nombre, según leemos en la página oficial del Ayuntamiento de Las Peñas de Riglos, municipio al que pertenece, viene del latín “Trist”, que significa “muy difícil o con mucha dificultad”, y es que, continuamos leyendo, “antes de la construcción del embalse, aquí había un temido puente conocido como el Paso de la Gorgocha, que ahora está bajo las aguas”.



            Triste está situado en el flanco norte del embalse de La Peña, en la carretera A-1205 (Jaca-Sta. María). Pasada la localidad, dirección Jaca, a unos 500 metros, junto al Pk 38 dejamos el vehículo para echarnos ya al monte. Se andan, en esa misma dirección, unas decenas de metros, para cruzar el barranco y acceder ya al camino que, en principio no es tal, sino un paso por margas, aunque bien señalizado con la flecha amarilla, distintivo de Camino de Santiago.



           Es el antiguo camino de Triste a Ena, sobre una calzada romana que conduce a esta última localidad y luego a Botaya y al monasterio de San Juan de la Peña, que se le ha quedado vieja la señalización de GR 95 (Sendero de la Calzada Romana), y en este tramo ha sido sustituido por la de GR 17 (Sendero Mariano, denominado posteriormente como Camino de Santiago vía Arán-Pirineos o Camino de Santiago Reino de Aragón).



            Enseguida circulamos por bien definido sendero, que nos va subiendo e introduciendo en un bosque mixto con algún claro, que nos permite bandear nuestra mirada sobre el barranco y sus gráciles saltos de agua, que en estos días es mucha. El caminar es placentero, debido a lo solitario del lugar. Por el camino nos vamos encontrando restos de bordas, corrales que servirían para las labores propias del pastoreo. 






            En hora y veinte minutos llegamos al barranco de Ena, con un considerable caudal de agua que nos hace cruzarlo sin poder evitarla. Se va alternando la pista con sendero, pero siempre con el amor del bosque. A los cinco minutos dejamos las marcas rojiblancas y la flecha amarilla que sigan a Ena, para tomar un desvío a mano izquierda. Con ello dejamos también el barranco de Ena, para seguir por el del Ordaniso, siendo los dos que conforman el de Triste, aguas abajo.


Barranco de Ena


Barranco de Ena

Desvío a la izquierda, dejando el GR a la derecha

            Quince minutos más por el pinar, con buxos* y buenos ejemplares de cajico*, cuando dejamos el barranco del Ordaniso, sin cruzar, y comenzamos a subir una loma sin sendero definido hasta que, en veinte minutos más salimos a una pista, que tomamos a la izquierda. Se llega a la casa del Ordaniso, todavía en pie, con bordas anejas en ruinas. Merece la pena darse una vuelta por sus alrededores para tratar de evocar, con sumo respeto, aquellos tiempos, no tan lejanos, en los que bullía la vida por aquí.



Barranco del Ordaniso


            La pardina del Ordaniso, hoy propiedad del estado está en el monte homónimo, que gestiona la Confederación Hidrográfica del Ebro; perteneció en su momento al marqués de Ayerbe, y tiene mención en un documento falso datado en 1042, en el que se alude a “la villa denominada “Ordanisu” (Ubieto Arteta, Jaca nº 2 pág. 32)”.


Casa del Ordaniso

Oturia

Canciás

            Volvemos a la cercana pista para seguir por ella y, tras alcanzar los 862 msnm, que es la mayor cota de la ruta, comenzamos a bajar hasta caer ya a la cuenca del barranco de Paternoy, teniéndolo que cruzar en dos ocasiones, la primera con agua por encima de la rodilla, pero a gusto. Entre ellas, se queda a la izquierda, y algo apartada de la pista, la casa Visús, aunque están documentadas dos, Visús del Río y Visús del Pueyo. Lo que vemos es de lo poco que, aparentemente, se mantiene en uso por estos lares. Se vuelve a cruzar el barranco y ya, en menos de una hora se llega al final de la ruta, disfrutando de la belleza del barranco en los varios asomes que se prestan.


Portillón de la Osqueta

Barranco de Paternoy



Casa Visús

Cajico centenario




            Si hemos cumplido con todos ellos, cómo no lo íbamos a hacer con el último, que es el que se aprecia desde la carretera, un precioso salto de agua, y más ahora, con el abundante caudal que destila el barranco. La llegada al vehículo la hacemos 5 horas después de haber salido del otro, habiendo recorrido 15,1 km, con un desnivel acumulado de 485 m D+ y 495 m D- (Wikiloc: 355 m D+ / 340 m D-), con una pendiente media del 3,21%, y habiendo alcanzado la altura máxima de los 862 m de la divisoria de los barrancos de Ordaniso y Paternoy.



GLOSARIO

Buxo: boj

Cajico: quejigo


BIBLIOGRAFÍA

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados II. Antonio Ubieto. Anubar (1985)

Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados III. Antonio Ubieto. Anubar (1986)

Las pardinas del río Asabón. Óscar Martín. El autor (2017)


RECURSOS DIGITALES

Las Peñas de Riglos  

Senderos FAM 

Senderos Turísticos de Aragón

Paisajes viajados 

Confederación Hidrográfica del Ebro 

Románico aragonés 

Wikipedia  

Wikiloc  

Facebook 

RAE 

Fundeu 

IGN 

Geamap 

Hijo de la Tierra 




Las fotos, con sus comentarios, y el track.

 

Nota: La publicación de la ruta, así como del track, constituye únicamente la difusión de la actividad, no asumiendo responsabilidad alguna sobre el uso que de ello conlleve.